RSS
Noche de un día que fue tan normal como los demás. Yo suspiro frente al teclado que tantas cosas me ha hecho decir, pero que ya por estos días no ve ni la sombra de aquellas palabras bonitas. Tecleo un par de verbos sin demasiado sentido, o tal vez coherentes, pero vacíos de sentimientos, del alma que lleva impreso cada escrito. Y no son más que letras huecas, que al fin y al cabo poco me importan, pero que no dejan de mortificarme, porque esta ya no soy yo.

Me hablan, respondo, con el desánimo transparentándose en cada sílaba, pero nadie parece notarlo porque a nadie le importa. Mi cabeza vuelve a martillar con el incesante dolor de cabeza que se viene haciendo costumbre, y vuelvo a beber otro trago, con la esperanza de mitigarlo y de callar el siguiente suspiro que quiere escapar de mis labios.

2 comentarios:

Myself dijo...

escribes timidamente..

Marielisa dijo...

Me encanto, Mari. Indetificación total, a todos nos pasa y tu lo describiste perfectamente.

Publicar un comentario

Los comentarios son gratis... Por ahora. A partir de mañana empezaré a cobrarlos, así que aprovecha y comenta :D